Este diario da testimonio de personas concretas, no solo de números o porcentajes; son niños y niñas con rostro y nombre concreto y también, hay niños que ni nacer pudo. Los nombres de civiles y militares de todo tipo, pero sobre todo de personas sencillas que en medio de esta guerra absurda, pero real, perdieron la vida. Son vidas de campesinos comuneros, de catequistas y sus familias, de sacerdotes y religiosas, de estudiantes y comerciantes, de civiles y militares. Encontrarán listas de muertos, nombres de torturados y desaparecidos, de viudas, huérfanos y un sinfín de desamparados. Es testimonio de esos años en los que no sabíamos si era preferible morir o seguir viviendo, medio muertos por el dolor y la impotencia de ver tanta impunidad y violencia. (Extracto introducción).