Desde hace más de dieciséis años un pequeño grupo de individuos, autodenominado “Partido Comunista del Perú”, pero más conocido como Sendero Luminoso, por la consigna que coronaba su vocero de la época auroral: “Por el luminoso sendero de Mariátegui”, ha desatado una cruel y sangrienta guerra contra nuestra patria argumentando que van a construir otra mejor. Miles de personas de toda condición social han muerto a causa de ella. Millones de soles se han perdido bajo el fuego o las explosiones de sus atentados. Y esto, ya de por sí, es algo grave en un país tan pobre como el Perú. Ni los campesinos, ni los obreros ni los trabajadores en general ni los estudiantes ni los intelectuales han salido beneficiados con ello; ni el proletariado se encuentra más cerca del poder del Estado ni la burguesía ni el imperialismo se han debilitado un ápice. Por el contrario, todas las capas sociales, mencionadas en primer lugar, han salido perjudicadas y debilitadas de la contienda, y el proletariado se encuentra ahora más desorganizado, más debilitado y alejado del poder estatal que nunca, mientras que la burguesía y el imperialismo se encuentran más fuertes que antes. (Extracto introducción).