Morote, Herbert
Los Ayacuchos
1991
Lima. Epígrafe. 126 PP
84-89304-00-9
Biblioteca Nacional Código: 869.56-M864A
teatro, ficción, familia, violencia, terrorismo, fuerzas armadas, ayacucho, batalla de ayacucho
Resumen:
Esta obra muestra la manipulación que sufrió el indígena peruano
tanto por las fuerzas del Virrey como la de los llamados patriotas. Los
indígenas lucharon y murieron en ambos lados. El sorpresivo triunfo de los
independentistas en la batalla de Ayacucho no mejoró la situación de los
indígenas, al contrario, se quedaron más indefensos ante la explotación de los
criollos. Al siguiente siglo ya no fueron los realistas y patriotas quienes se
aprovecharon de ellos, sino los de Sendero Luminoso y las fuerzas armadas Primer Acto: La pieza comienza
con el recuerdo que -desde la pampa de la Quinua, lugar donde se dio la
batalla- hace el Tayta (padre) Ayacucho de aquella famosa batalla. Por primera
vez se relatan los acontecimientos tomando el punto de vista español. Los
generales realistas confían en una rápida victoria dada su mayor superioridad
en piezas de artillería y número de soldados. Ayacucho observa la jactancia de
los españoles pero se atreve a pedirle al Virrey que deje libres a los soldados
indígenas. El Virrey le dice que los ayacuchanos luchan por la paz y la
verdadera libertad. Córdova y La Mar, generales patriotas, llegan al campamento
realista para pedirle la rendición, que es rechazada por los españoles. Los
hijos de Ayacucho pelearán al día siguiente por los dos ejércitos. Segundo Acto: Desde un punto de
observación español, donde está Ayacucho, el virrey constata la inesperada
derrota de su ejército. Ayacucho es testigo del sacrificio de sus hijos en
ambos lados. Los jefes rivales pactan las condiciones de una generosa
capitulación. Ante el asombro de Ayacucho, los españoles mantienen todos sus
derechos sobre las tierras y minas usurpadas a los indígenas. Tercer Acto: Ayacucho es testigo
nuevamente de la manipulación y sacrificio de sus hijos por los de Sendero
Luminoso y por las fuerzas armadas del gobierno. Después de dramáticos
encuentros los hijos de Ayacucho se enzarzan en luchas fraticidas. Los
fantasmas de los héroes de los combatientes, son testigos del moderno holocausto
andino.
-Juan
Mejía Baca, editor y antiguo director de la Biblioteca Nacional del Perú: “Es
un obsequio para el país”.
-Jorge
Torres Vallejo, Alcalde de Trujillo, y miembro de Congreso del Perú: Extractos:
“Conozco tu interesante trayectoria desde los inolvidables tiempos de Colegio
Militar. Pienso que tu renovada inquietud, te incorpora a la corriente de
intelectuales comprometidos con los cambios, que con una dinámica inusual, se
están produciendo en nuestra querida Patria. Con la agudeza que te es propia
has confirmado la realidad que aquí se da desde el momento mismo de la
Conquista. Tengo la seguridad de encontrar tus futuros logros en la
investigación social y las letras”. Lima, 23 de diciembre de 1991. Referencia a
Jorge Torres Vallejo en Google.
-Alfredo
Tapia García, intelectual, empresario, Editorial Yachay: Los Ayacuchos. Lo leí
de un tirón en un par de horas. Me pareció un buen libro, bien escrito, ameno y
dinámico. Es una excelente obra de teatro (a pesar de lo que dices en la
introducción) donde el suspenso ha sido sustituido por la revelación de la actitud
de Bolívar y, sobretodo, del destino de los que participaron en la batalla de
Ayacucho. Tiene una cualidad que aprecio sobremanera: se dice muy bien lo que
tiene que decirse, con el menor número de palabras. Ayer estando en la playa
con unos amigos, un muchachón del grupo derivó la conversación al daño que
Bolívar había causado al Perú. Yo acoté refiriéndome a la carta remitida por
Bolívar al General Olañeta y... apareció Los Ayacuchos. Resulta que tu libro
había sido leído y había causado gran impresión. El más exaltado de todos fue
el abogado de la viuda de Juan Mejía Baca, quien sostenía que Los Ayacuchos
debía ser impreso por el Ministerio de Educación para ser repartido
gratuitamente en los colegios. Ya tienes adeptos, ¡Felicitaciones!”. Lima, 28
de enero de 1992.
En su tiempo este libro no recibió ningún comentario en la prensa del Perú.
TEATRO: El prestigioso grupo teatral Cuatro Tablas, dirigido por Mario Delgado, junto a un grupo selecto de actores invitados de la categoría de Reynaldo Arenas, Pilar Núñez, Gilberto Torres y otros, trabajaron arduamente para llevar a la escena esta obra el año 1999. Lamentablemente la crisis económica de los últimos meses del gobierno de Fujimori hizo que algunos auspiciadores retirasen su contribución y “el proyecto quedó tan devastado como el campo de batalla”. (El Comercio, 7 de junio, 2000).
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