“Terror, sangre, muerte en los andes: Uchuraccay mudo testigo”, no es una novela, tampoco es una fantasía que nace de la alucinación de estados febriles de repente del soñador; nada de esto, es el nombre de esta obra que ha nacido inspirada en hechos y acciones producidos en los andes del Perú, en el trapecio formado por las cordilleras desoladas y heladas de Huanta, en cuyas entrañas se ocultan tantos misterios y fogatas que alumbran y se apagan a las voces tempestuosas que la sierra armada de truenos, relámpagos, rayos, lluvias y granizos. El 20 de enero de 1983, fecha nefata y trágica, ha tenido que causar una tremenda parálisis en el acontecer de un día que jamás será olvidado porque la barbarie de los enemigos de la libertad, la paz y justicia, victimaron a 8 periodistas inocentes. Los episodios de la matanza criminal enseñan consiguientemente a quienes piensan en la necesidad de amar a la vida y el destino, a la meditación profunda sobre la gravedad de los hechos y de la responsabilidad de sus autores, quienes a la sombra de la impunidad moran amartillándose la conciencia sin poder encontrar refugio contra la vindicta publica y rechazos de la historia.