Los problemas de cuantificación sistemática y objetiva de los contenidos violentos y su alcance sobre los públicos revelan las limitaciones propias del estudio de los procesos de recepción desde una perspectiva informacional, en virtud de una lectura centrada, por exceso o por defecto, en la dimensión reactiva de las audiencias. La escasez de resultados significativos en esta línea no ha servido sin embargo para replantear el enfoque dominante de investigación en comunicación. Aun hoy prevalece en el campo académico de una cultura de investigación excesivamente funcional y positivista que elude tratar de comprender el sentido de la violencia mediática desde el conjunto de las prácticas culturales y el contexto histórico-social concreto donde tiene lugar y hace significativo el proceso de representación espectacular. (Extracto presentación).